Organizando mis archivos en el pc encontré algo de lo que escribí el semestre pasado y creo que para empezar, ésta historia del color que cada uno le quiera poner, estaría bn así que ahí la dejo para que pierdan su tiempo.
Para qué describir aquel lugar maravillosos a donde se supone vamos todos cuando morimos si podemos describir aquel al que la imaginación nos lleva cuando estamos enamorados o el espantoso que asecha nuestras noches de desvelo cuando el miedo habita en nuestro corazón. Todo lo que contaré sucedió dentro de un cuarto que imagino está en la mente de todos, su luz no es visible, pero todos sabemos que ahí no hay oscuridad.
Aquel día Valeria estaba ahí, su cuerpo lo habitaba todo, los olores y los sonidos, todo en ella se escapaba. Días antes habían estado Esteban y su familia hospedados en el cuarto contiguo, de no ser por que volvieron su paso por allí habría sido desapercibido y mucho más para Valeria que estaba acostumbrada a los ires y venires del cuarto contiguo. La visita transcurrió sin novedad alguna, apenas si se conocían y sus miradas se cruzaban, las cosas seguían su curso, si es que lo tenían.
Ése día, el día que ocurrió lo que intento contar, Esteban volvió, pero no al cuarto contiguo, sino a éste, Valeria que estaba tan dispersa sintió su presencia y desde el otro extremo de la fría habitación buscó sus ojos, no encontró en ellos lo que buscaba, pero fijó su atención en esas dos señales de vida que se encontraban en aquel lugar, él contrario a lo que pasa cuando se está predestinado en una historia a conocerse, no la vio, no quiso hacerlo, de ser así sin esfuerzo alguno lo habría logrado, se limitó a escrutar el lugar con su mirada y delicadamente guió sus manos por las paredes de la hostil habitación, su recorrido no alcanzó a terminar cuando un llamado exasperado de Helena interrumpió su inspección.
Valeria seguía inmóvil, solo observaba sus ojos musitar alrededor del lugar mientras sus dedos intentaban rodear la habitación buscando quien sabe qué. Cuando Esteban se percató de la presencia de Valeria, ella huyó de sus ojos y se sonrojo, su expresión parecía un intento de excusa, y con un susurro casi imperceptible le saludo, Esteban sorprendido por su reacción se acercó lo suficiente para sentir el calor de su cuerpo sin generar el menor contacto, le sonrió y disfrutó del silencio por largos segundos, -qué haces acá- dijo ella con un hilo de voz. De repente se movió todo, frente a sus ojos las paredes cambiaron de lugar, ya no eran 4 paredes dispuestas en un rectángulo, ahora eran 5, una entrecortada en la otra, pero ni siquiera ello logró sacarlos de sí.
-No lo sé, muchos entramos y salimos de muchas partes sin saber porqué o para qué esperando que eso o afecte nuestro oculto objetivo... bueno, ya sabes esa crónica insatisfacción…- hubo un silencio, una aprobación a la falta de respuesta, Valeria realmente no esperaba nada así que poco le interesaba lo que Esteban pudiera decir, lo único que los ataba era esa atracción que les impedía soltar sus y repelaba sus rostros impidiendo que la tensión se anulara- creo que busco una respuesta, creo que aunque me agrada estar cerca de ti, no fue esa la razón de mi visita- dijo Esteban tan fríamente que la temperatura disminuyó notablemente.
- y la encontraste?.
-Aún no.
-Y crees que la hay, es más, hay una pregunta que necesite una respuesta que se encuentre en mi habitación?.
-No- respondió él, pero su voz flaqueó y antes que Valeria pudiera reaccionar se alejó, notó el cambio del lugar, notó la quinta pared, estaba lo suficientemente confundido como para sospechar que ocurría, quiso aclararse, intentó recostar la frente sobre el muro frío,sin mucho exito en realidad y perturbado por la situación, por aquella mujer seductora y pero imposible, después de un instante volvió a encontrarla en su ángulo de visión un tanto alterado para entonce,... seguía en el mismo lugar.
-¿Quién más vendrá?
-Nadie más, ellos esperan a fuera, no entrarán.
-No debiste volver, regresar es siempre más peligroso. Sentí el movimiento de tu cuarto la semana pasada, entré mientras descansaban, encontré esto- y sacó del bolsillo una envoltura dorada- bueno cuando lo encontré tenia un chocolate, si es eso lo que buscas de la caja que está en esa esquina toma los que quieras y por favor vete.
-¿robaste un chocolate mientras descansábamos?
- Sí pero te lo estoy devolviendo, tómalo y vete.
Esteban se acercó a la delicada caja, la abrió y tomó unos cuantos chocolates, después probó uno y sonrió, -son mejores que los míos, me llevaré algunos- los dos rieron y tras unos instantes el ambiente se distensionó, aparecieron dos o tres paredes más, jugaron a las escondidas y compartieron un par de bombones.
Esteban era un hombre maduro y serio, ella una mujer madura y sería, la habitación, ni madura, ni sería, solo caprichosa y rebelde quería jugar, sentir que reían y corrían, y en un primer momento así fue, pero Esteban recordó de repente el grito de Helena que se había producido hace algún tiempo, así que detuvo a Valeria, se despidió y empezó a pasar sus manos con la mayor delicadeza por la pared opuesta a la puerta, siguió una por una hasta dar la vuelta, Valeria retomó su lugar y se prometió así misma hacer silencio a menos que él le pidiera lo contrario.
Ahora cuando todo aquello ha pasado me pregunto que tenía en la cabeza Valeria ¿para qué el silencio si ella sabía de ante mano que lo que él buscaba trae consigo el silencio sin importar si antes lo había o no?. Sin embargo así lo hicieron, ella en silencio y el siguiendo un rastro que solo el imaginaba alrededor de su imaginación.
Las horas pasaban y cada vez aparecían, más y más y más paredes, de modo que él jamás podría recorrer toda la habitación, cuando estuvo lo bastante estrecha como para que Valeria no soportara más la ausencia de su compañero aún cuando lo tenía tan cerca, posó sus manos cálidas sobre su rostro, se perdió en sus ojos; él, sí él porque siempre “él” será mejor que Esteban, desesperado lo único que vio fue un mar de magma en sus ojos, su corazón se dedicó a delatarlo su sonido era fuerte y casi parecían golpes de un melódico tambor, su mente aún no lograba enfocar la imagen. todo era fuego y liquidez, magma que se agita impulsado por la temperatura y algún fenómeno físico que un estudioso podría explicar, en medio de lo que sentía su boca hablaba con la ayuda de algunos órganos formando un sistema sin guía que le pusiera orden lógico a lo que balbuceaba:
-¿Porqué es tan malo regresar? ah?, porqué no puedo volver?, cuál es tu afán por que me valla?- era un balbuceo deseperado y sin control, màs bien mudo y nostàlgico, lleno de fuego, de lìquidez, de nostalgia y finlmente con el frio que él solía generar forjaba piedras de sensaciones que solo se pueden comparar con las mariposas que "los cursis" sulen sentir.
-No he dicho nada, solo he decidido tomarte porque cuando queremos algo lo tomamos y lo hacemos nuestro, a veces lo conservamos intacto y lo sepultamos en un baúl al que el travieso viento que con todo juega y todo lo cambia tiene restricción de entrada para que no pueda pasar a darle un respir, hay quienes prefieren darle respiración boca a boca cada vez que lo sienten ahogado; otros lo exhiben como un trofeo pero igual lo asfixian en una fina vitrina; yo soy de las que lo expone al cambio, lo sujeta al calor para que se haga blando y al cambio para que su forma no sea una sino la huella de varias.
-Valeria no puedes pretender que cambie para ti...- algo de sensatez volviò a su mente en quel momento- ahora voy de salida, otro día te lo explicaré, cuídate, como bien, adecua tus horarios la vida habitual, endulza el café de las mañana y no dejes de compra esos deliciosos chocolates que sólo aquí puedes conseguir, por el resto de excesos no te preocupes, estaré bien.
Y empezaron a desaparecer lentamente y en orden las paredes.
-¿Cómo sabes mi nombre, jamás lo mencioné, no hay placas, no hay letrero ni registros, de donde lo sacaste?
-Es parte de la habitación, siento que éste lugar es Valeria, siento que cada lugar esta llenó de ti, esa pared te ha visto dormir, y aquella dice que le encanta verte sonreír, he sentido en la habitación contigua el olor a frutas de tu cabello y ahora soy parte de ésta habitación, y para ella declaro, para que quede en el ambiente grabado, que me encanta el frío y la quietud, que me molesta tu alegría y calidad, eso es todo, permiso- esquivó su mirada y la atravesó.
Valeria lo miró, una lágrima recorrió su rostro, cerró los ojos, puso las manos de Esteban sobre su cuello y sin oponer resistencia le permitió a su corazón que dejara de latir antes de permitir que él quisiera jugar con los demás a formar un laberinto del cual todos eran la puerta.
Esperaba pacientemente el día que pudiera ella frecuentar su aliento y el hedor de su piel sin sentirse culpable a nadie se le ocurre suicidarse por un ser racional… fue traicionada y el amar no implica que el otro también lo haga, eres feliz sin pensar en el otro.
Dice la historia que el amor nunca la dejó morir, habitar y escapar, nada más. Es la historia más real que he contado, porque la imaginación puede también enamorarse de su mente, él, el d e m e n t e puede también inspirar en la más absurda forma un sentimiento tan humano y hacerla un portal…
:o si ves porque es injusto que no compartas tus cosas con la gente? envidiosa de tres suelas... a mi me gusta aunque te comes unas palabras!!!
ResponderEliminarjajajaja pss es un poco plana y de nuevo romanticona, muy por el estilo de Marcos y Crayolas, pero creo que éste es un buen lugar pra recibir comentarios y crecer un poquito. Natha gracias por serme fiel!
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