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miércoles, 15 de febrero de 2012

MITI-MITI

ESTO ES ALGO DE PUBLICIDAD, PERO TRANQUILOS QUE NO ES PUBLICIDAD ENGAÑOSA... 


En el link que les estoy dejando encontrarán la imagen publicitaria de la exposición MITI-MITI, a la que los invito.  Es una exposición  en la que encontraran los dibujos de Jhonatan Pulido, UN artista que ya había tenido la oportunidad de presentarles en la entrada: AMARRAR Y DESAMARRAR. Y las fotografías de Diana Beltrán, de quien no conozco su trabajo pero el hecho de ser artista de la UN abre su carta de presentación. 


Quiero dejarles la la invitación a que vallan a La Galeria El Garaje a partir de hoy miércoles 15 de febrero a las 7:00 pm, y lo vean, los invito a que me cuenten si les gusta o no, a que se nutran un poquito de arte...

http://www.facebook.com/photo.php?fbid=269147266487889&set=a.124248687644415.21376.100001778535848&type=1&theater

viernes, 6 de enero de 2012

Amarrar y desamarra

Estas líneas usaron como pretexto un dibujo a lápiz realizado por un artista plástico estudiante de la UN,  con cuya autorización publico una foto de su espectacularmente detallado dibujo, no sé si su obra tenga o no título, sé que estaba  en su perfil y que es un dibujo a lápiz, desconozco las medidas reales de la obra y aunque mis cortas e imprecisas palabras no hacen mérito para acompañar tan elaborado trabajo, éste es mi blog y aquí está lo que su dibujo me inspiró 


Así que él tomó asiento e hizo lo propio con sus zapatos. A diario desata y ata sus cordones, él sabe que siempre hay que  permitirse encontrar el otro extremo y no dejarlo ir, de lo contrario no logrará hacer la horma justa.

Y así fue aquel día, sin ningún atisbo de excepción, la primera conversación con ella transcurrió  mientras  las ligas entraban y salían por los agujeros, mientras  se disponían danzando entre sus manos para quedar enredadas en orden a través de los zapatos, mientras se encontraban los dos extremos  y se ajustaban para cumplir su fin.  Y cuando lo notó -no sé si tarde o temprano para darse cuenta- fueron ellos quienes se encontraron haciendo la horma perfecta en unos zapatos  que, supongo, así como los de él, un día serían desatados para permitir el cambio si el pie crecía.